Nostalgia platónica

Ante cada horizonte electoral se renueva nuestro ímpetu regeneracionista. Como setas florecen miles de páginas firmadas por gente abnegada que asegura saber lo que España necesita –y, como es también habitual, prácticamente nadie pide, por favor, que el poder deje a los ciudadanos en paz o, de modo más realista, que les haga menos daño.

(Entra aquí para leer el artículo completo en Expansión.)