Márgenes que no fallan
Es que no fallan, señora. Sube la inflación y los estupendos de siempre se apresuran a señalar al chivo expiatorio: los márgenes empresariales.
Es que no fallan, señora. Sube la inflación y los estupendos de siempre se apresuran a señalar al chivo expiatorio: los márgenes empresariales.
Caen bancos, pero no los clásicos argumentos antiliberales.
Se les asegura a los empresarios que la sociedad está indignada con ellos. Muchos se lo creen.
Cantan The Silhouettes.
En «Dos años de vacaciones» argumenta como Smith: el Estado de naturaleza no convoca necesariamente a la brutalidad antisocial sino al revés.
El capitalista no busca ganancias «frente» a las de la sociedad, porque no puede obtenerlas sin que la sociedad gane.