Histeria desigual

Los mensajes alarmistas sobre la desigualdad rozan la histeria. Leí hace un tiempo en El País: “Si no combatimos la desigualdad, lo pagaremos con la democracia”. La urgente solución de Olga Cantó y otros autores era “intervenir” sobre la vivienda. Si todo esto le parece extraño a usted, señora, agárrese ante la explicación: “una sociedad donde la expectativa de movilidad social es mínima es presa fácil para el individualismo, que destruye la comunidad, y el autoritarismo, que destruye los derechos”.

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