Sana envidia y mentira piadosa
La sana envidia no es envidia, igual que la mentira piadosa no es mentira. La consciencia de ambos vicios ilumina el contraste moral entre la libertad y la política.
La sana envidia no es envidia, igual que la mentira piadosa no es mentira. La consciencia de ambos vicios ilumina el contraste moral entre la libertad y la política.
El intervencionismo no castiga especialmente a los fuertes sino a los débiles.
La película presenta a Eleanor Marx como abanderada de los trabajadores y del feminismo.
Los románticos que abomina son los suyos, son los de «Las flores del mal», paralela a «Fervor de Buenos Aires».
Los Gobiernos a menudo simulan tener límites muy estrictos a la hora de intervenir y gastar.
América Latina es una expresión a menudo deplorada, como si fuera una muestra de sumisión a Estados Unidos.