Clase media, trabajadora y sableada

Con su proverbial desdén hacia la propiedad privada, los socialistas le robaron a Ciudadanos la consigna de “proteger a la clase media y trabajadora”. La idea, por supuesto, es la de presumir de representar a “la mayoría social”. En un delicioso documento del PSOE de 2022 se lee: “Proteger a la clase media y trabajadora, con especial atención a los más vulnerables, es el objetivo del Gobierno de España. Tenemos muy claro para quien gobernamos y estamos convencidos de que las dificultades de muchos no pueden ser las alegrías de unos pocos”. Dirá usted: no se puede mentir más. Pues, sí, se puede. Ahora mismo está el Gobierno insistiendo en que ha bajado los impuestos a la clase media y trabajadora, precisamente aquella mayoría social que los autodenominados progresistas se esmeran en maltratar.

Ignoramos, por supuesto, qué coste político va a tener ese maltrato en las próximas elecciones generales, pero cabe sospechar que alguno tendrá. Y, como ya he señalado en este rincón de EXPANSIÓN, en el futuro va a arreciar esta mentirosa campaña en la que los progres se presentan como amigos de los contribuyentes –véase: “Temblores fiscales”, aquí:  https://bit.ly/44ii3ZS.

Magro consuelo es el mal de muchos, pero podemos recordar que el saqueo a la mayoría de la población, equívocamente denominada “clase media”, está lejos de ser una peculiaridad española. De hecho, es un rasgo característico del país supuestamente liberal por excelencia: Estados Unidos. La razón es bastante evidente: cuando los Estados adquieren la dimensión de los actuales –los ingresos del Gobierno federal en EE UU son de casi 9 billones de dólares–, es imposible que se financien usurpando solamente los bienes de los ricos.

Esos ricos pagan más, también en EE UU. Como apuntaron Adam N. Michel y Joshua Loucks, del Cato Institute, el sistema fiscal americano no solo es progresivo, sino que, al revés de lo que se cree, es cada vez más progresivo. El 10 por ciento de los contribuyentes con mayores ingresos representan el 49,4 por ciento de las rentas totales y pagan el 72 por ciento del income tax, una cuota que ha ido aumentando con el tiempo.

Los beneficiarios del Estado redistribuidor son apenas el 20 por ciento de la población con menores ingresos. La aplastante mayoría de los ciudadanos, por tanto, pierden en sus “tratos” con el poder entre impuestos y cuotas a la Seguridad Social.

Eso sí, siguiendo con el mal de muchos, la sufrida clase media americana puede al menos consolarse mirando a sus colegas europeos: “en comparación con la presión fiscal media de un trabajador de la Unión Europea, el trabajador en EE UU paga por año 11.676 dólares menos en impuestos”.