Carlos Rodríguez Braun

  • Prensa
  • Libros
  • Conferencias
  • Ensayos
  • Otras Publicaciones
  • Contacto
Carlos Rodríguez Braun

Carlos Rodríguez Braun

En Publicado en junio 24, 2016 por Carlos Rodríguez Braun a ABC

Ay, Tamames

La primera edición de su Diccionario, de 1988.

(Entra aquí para leer el artículo en ABC.)

AnteriorEntrada anterior:Vladimir y otros socialdemócratas
SiguienteEntrada siguiente:«Sorpasso», sorpresa, marmota

Un comentario

Únete a la conversación y cuéntanos tu opinión.

  1. Marcelino Valero Alcaraz dice:
    El junio 26, 2016 a las 12:19 am

    Muy interesante crítica la suya, publicada en el ABC del 15 de octubre de 1988 y que no leí en su día, al Diccionario de economía de Ramón Tamames editado por Alianza en ese año. Yo me lo compré tras haberme comprado un curso de economía suyo que no me dio mala impresión cuando lo ojeé en la librería. Al hacer lo mismo con el diccionario, no me acabó de convencer, pero coleccionista de diccionarios como he sido y me gustaría seguir siéndolo si pudiera, me lo compré de todas formas, no porque un diccionario económico a mi me fuera a servir para aprender nada, ya que no pensaba estudiármelo, sino porque pensaba que tal vez me resultara alguna vez de utilidad para averiguar el significado de alguna cosa en la que un insignificante servidor estuviera pez. A pesar de ser yo profano en la materia, lo que sí advertí enseguida es que algunas explicaciones eran deficientes, y lo eran porque por ejemplo al intentar yo sacar algo en limpio de ellas, es que no había manera de conseguirlo. Que es el asunto que quería tratar como el hacedor de diccionarios que soy. Precisamente hoy día 24 de junio de 2016, por esas casualidades de la vida, he publicado en un blog una crítica que tenía hecha al diccionario de la Real Academia de la Lengua (puede leerse en https://marcelinovaleroalcaraz.wordpress.com/2016/06/24/es-el-diccionario-normativo-una-castana/). Si el mismísimo y sacrosanto DRAE es, por decirlo suavemente, manifiestamente mejorable en multitud de sentidos (doy ahí sólo un botón de muestra, pero dan sus deficiencias para escribir un libro), pues ya me contará usted. Dice usted al respecto en su antiguo artículo, y dice bien, que <>. Tengo que reconocer que me intimida un poco leer algo así, por la parte que me toca, pero no puedo estar más de acuerdo: yo odio profundamente las negligencias en los diccionarios, y de ahí el que no me quedara más remedio en su día que intentar hacer yo lo que pudiera para subsanar tanta mediocridad, ya que por poco bien que se me diera, la colocación tan baja del listón me ponía fácil hacer lexicones que me resultaran menos odiosos que los existentes. <> dice usted. Una severidad excesiva parece a primera vista, pero así exactamente es como yo lo siento: si uno enseña, no basta con cubrir el expediente: ha de ser buen enseñante. Lo malo es que es difícil realizar el esfuerzo de serlo cuando se tiene el éxito asegurado no siéndolo o cuando se tiene el dinero asegurado, porque para eso está el pródigo papá estatal (¡tan espléndido con sus buenos hijos!), con independencia de que se lo gane uno o no enseñando bien. Igual me equivoco (je, je, qué falso soy), pero a mí me parece que a la RAE el estado (yo lo escribo con inicial minúscula) no le va a andar mirando las definiciones y demás aspectos de un diccionario para, si no tiene la calidad debida, retirarle la pasta gansa que, quiéranlo los contribuyentes españoles o no, habrán de apoquinarle, yo entre ellos a pesar de que para mí ese invento es una competencia desleal: al pagar yo impuestos, o mucho me equivoco o estoy subvencionando obligatoriamente y sin escapatoria posible a mi competencia. ¿Es eso del género tonto? No, porque ya digo que escapatoria no hay. Es de preso de un sistema antiliberal: qué menos que ser libre de no darle dinero a tus enemigos, ¿no? Pues no señor. “¡Viva la libertad!” –gritaba un loco, y el loco (que lo habían sacado loco con tanta unanimidad en el popular sentir antiliberal) era, ¡ay!, yo.

Dejar Un Comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

CAPTCHA
Refresh

*

Suscríbete

*Si te gustaría saber cómo tratamos tus datos haz click aquí
  • Archivo
  • Aviso legal
  • Política de privacidad
  • Política de cookies

Copyright © 2016 Carlos Rodríguez Braun. Todos los derechos reservados.

Uso de cookies
Este sitio web utiliza cookies tanto propias y de terceros para tratar de mostrar publicidad relacionada con su perfil, según su ubicación y preferencias de navegación. Si cierra este mensaje consideramos que acepta el uso de cookies. Más información Accept
Privacy & Cookies Policy

Privacy Overview

This website uses cookies to improve your experience while you navigate through the website. Out of these, the cookies that are categorized as necessary are stored on your browser as they are essential for the working of basic functionalities of the website. We also use third-party cookies that help us analyze and understand how you use this website. These cookies will be stored in your browser only with your consent. You also have the option to opt-out of these cookies. But opting out of some of these cookies may affect your browsing experience.
Necessary
Siempre activado
Necessary cookies are absolutely essential for the website to function properly. This category only includes cookies that ensures basic functionalities and security features of the website. These cookies do not store any personal information.
Non-necessary
Any cookies that may not be particularly necessary for the website to function and is used specifically to collect user personal data via analytics, ads, other embedded contents are termed as non-necessary cookies. It is mandatory to procure user consent prior to running these cookies on your website.
GUARDAR Y ACEPTAR