Doy la bienvenida a este libro [Los mercados financieros, Paidós, 2013], por tres razones. Primera, está bien escrito. Segunda, describe con un lenguaje sencillo pero preciso a los actores de los mercados financieros, y muchas expresiones e instituciones habituales de la jerga profesional.
Nada de ficciones apocalípticas
Y tercera, no se precipita en las apocalípticas ficciones conforme a las cuales la libertad nos aflige y, por tanto, hemos de brindar toda suerte de plácemes a las autoridades que nos prometen la felicidad a cambio de usurpar aún más nuestros derechos.
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