Clichés antiliberales: 12 – No hay dinero

En el artículo anterior analizamos las dificultades que afronta la reducción del gasto público, y los incentivos que llevan a los políticos a incrementarlo. Y sin embargo, en algunas circunstancias no lo aumentan o incluso lo reducen. Su argumentación se limita a menudo a una idea aparentemente sencilla: “no hay dinero”.

El Estado no es una familia

Cualquiera puede entenderlo. Cuando las familias ven disminuir sus ingresos, hacen lo propio con sus gastos. Pero la asimilación entre el Estado y cualquier otra institución es engañosa: el Estado no es una familia, como tampoco es una empresa, una comunidad de vecinos o un club. Ya hemos anotado en este serie su rasgo esencial: el Estado monopoliza la violencia que él pretende que es legítima. Así, el Estado es una “familia” tan peculiar que puede arrebatar por la fuerza bienes de otras familias; ninguna familia ni ninguna persona pueden hacer eso sin acabar en la cárcel.

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