Como era previsible, ya estamos oyendo nuevamente que aquí la solución es Keynes. No verá usted muchos avisos de que la expansión del intervencionismo va a poner en riesgo el empleo y los ingresos de las trabajadoras.
Denuncian los “recortes” en la sanidad de Madrid quienes ignoran las cifras de gasto en la sanidad madrileña. Proclaman el derrumbe definitivo de la globalización neoliberal quienes en su vida han cotejado un dato sobre la globalización, ni han leído una página sobre el liberalismo. Y nos estigmatizan a los disidentes de la corrección política, calificándonos de radicales, unos solemnes profetas del apocalipsis de la libertad, siendo así que, como el padre en la famosa canción de Serrat, cada uno ellos se ha hecho viejo sin mirarse al espejo.