El viejo narcisismo del nuevo Warren
Hayek detectó un fundamento del socialismo: la arrogancia.
Hayek detectó un fundamento del socialismo: la arrogancia.
Ni los salarios ni los beneficios son los culpables de la inflación.
Ataca a la clase media. Los impuestos a la banca y las eléctricas no los pagarán solo un puñado de asquerosos ricos.
Cada vez que el poder ve amenazada su legitimidad pone en marcha la centrifugadora y traslada la responsabilidad a la sociedad.
La clave de la libertad no estriba en la forma del poder sino en sus límites.
Ni los salarios ni los beneficios son los causantes de la inflación.