Políticos sospechosos

Hace un tiempo leí un artículo en El País sobre Antonio González Terol, entonces exitoso alcalde de Boadilla del Monte, en Madrid, y hoy vicesecretario general de Política Territorial del Partido Popular. Lo interesante del artículo es que intentaba convertir en imperfecciones algunas características del alcalde que no lo parecen.

Por ejemplo: “español por los cuatro costados”. Eso no está mal, y lo dice uno que solo lo es por dos costados. Pero el artículo lo repite como si fuera un defecto. Aquí una muestra: “ejerce el oficio enrollado en la bandera de España”. Y aclara que la bandera ondea en el pueblo, en los actos institucionales y en las redes sociales. No parece que les guste ni al periódico ni a la oposición, pero no está claro por qué.

Entonces viene otra acusación típica: “ultraliberal”. Es evidentemente malo ser “ultra”, porque la izquierda y sus medios nunca utilizan ese prefijo para referirse a los denominados progresistas. Pero ¿qué pruebas aporta “El País” para demostrar que el señor González Terol es un “ultraliberal”?

Esencialmente, dos. Por un lado, es partidario de bajar los impuestos: ha suprimido varios y al alcalde le gustaría suprimir el del IBI, que aplica en su versión mínima. El propio Terol insiste en que el poder debe ayudar también a las personas “más olvidadas”: la clase media. Aunque no se ve el “ultraísmo” por ninguna parte, el texto insiste en encontrar cosas raras en este político: “Liberal pero a la vez proeuropeo, provida”, como si lo primero prohibiera los segundos.

El otro aspecto que para “El País” sentencia a Antonio González Terol a ser un ultra es que es anticomunista, y cree que “la verdadera generación rompedora fue la del 89, la que se puso delante de los tanques en Tiananmen y derribó el muro de Berlin”. ¿Oponerse abiertamente al peor de los totalitarismos es ser un “ultra”?

Para redondear su imagen sospechosa, nos enteramos de que es una persona religiosa. En la oposición lo llaman “Berlanguiano”, esperpéntico, vanidoso y populista, características que, como todo el mundo sabe, jamás están presentes entre los políticos de izquierdas. Ganó en dos oportunidades por mayoría absoluta. Igual eso es lo que lo hace realmente un político muy sospechoso.