Perspectivas económicas

El panorama de la economía global no mejora. Los organismos internacionales prevén una desaceleración del crecimiento del PIB mundial, del 3,2 % en 2025 al 2,9 % en 2026. La situación será peor en la Eurozona y Estados Unidos, donde la OCDE vaticina subidas del 1,2 % y del 1,7 % respectivamente el año próximo. El FMI anticipa crecimientos todavía elevados en Asia (India +6,2 %; China +4,2 %), aunque con una tendencia a la baja, y el acostumbrado languidecimiento de Japón: + 0,6 %.

Si en el país de los ciegos el tuerto es rey, España desde luego es reina, y los analistas esperan que terminemos este año con un aumento del PIB del 2,9 %. “Una inercia muy positiva para afrontar 2026”, sostiene CaixaBank, que subraya la importancia de los fondos europeos, la inmigración, la inversión, y el alivio de los precios energéticos. Sin embargo, el banco pronostica un cierto freno el año próximo, hasta el 2,1 %, aunque seguiremos por encima de la media europea. Entre los factores que influyen negativamente figuran el proteccionismo comercial y la precariedad de las finanzas públicas, tras unas políticas irresponsablemente expansivas del Gobierno de Pedro Sánchez.

El escenario previsto es parecido en el caso de otros centros de estudio, como Funcas, que pronostica una caída en el crecimiento, también en la inflación –hasta el 2 % en 2026– y una tasa de paro que se mantendrá en torno al 10 % de la población activa. No se esperan reducciones en los tipos de interés.

Como es sabido, las predicciones pueden estar equivocadas, y, sobre todo, nunca predicen  con exactitud una crisis. Conviene recordar que los ingredientes que desataron la última siguen presentes, y no es descartable que se esté gestando una burbuja de activos, tanto bursátiles como inmobiliarios –no deja de hablarse con inquietud de la inteligencia artificial. En cuanto al crédito, si en 2007 tuvimos una deuda privada insostenible, ese papel lo puede cumplir ahora la deuda pública.

Con más razón que nunca, por tanto, le deseo una feliz Navidad, y, dadas las perspectivas económicas, un próspero año nuevo.

(Artículo publicado en El Periódico de Sotogrande.)