El más obvio es la presión del gobierno americano para que Europa asuma una cuota mayor en el pago de su defensa.
Esto estremece a nuestros políticos, no porque rechacen el gasto público sino porque gastar más en defensa sin disminuir la cuantía en el resto de los capítulos de dicho gasto significa que subirán aún más los impuestos. Como la “anestesia fiscal” cae, ello tendrá como consecuencia que los partidos más identificados con los sablazos tenderán a perder las elecciones. Ante ese temblor terrible arreciará la propaganda, siempre importante en la estrategia tributaria, pero ahora imprescindible –cf. CRB, M. Blanco, L.D. Ávila, Hacienda somos todos, cariño, Deusto, https://bit.ly/3CE59WA.